El proyecto en cuestión aportaría 36 megawatts al Sistema Interconectado Central a través de 20 aerogeneradores instalados en la parte alta de la cordillera de la costa en Dalcahue, generación energética que fue aprobada por la Comisión de Evaluación Ambiental en el año 2011.
El respectivo plan de manejo consideraba ciertos sectores de bosque nativo que no podían ser cortados a tala rasa, por ende el compromiso adquirido por la empresa dueña del proyecto era realizar una poda de 21 kilómetros de largo por 3 metros de ancho por donde pasaría la línea de transmisión, que conectará la zona de generación con la subestación Degan.
Sin embargo, Jorge Aichele, director regional de Conaf, confirmó que la poda comprometida se convirtió derechamente en una tala rasa no autorizada, que quedó en evidencia luego de una fiscalización de rutina.